
La Tortuga
La tortuga es el símbolo central de Amalurra. En muchas culturas, representa a la Madre Tierra, la sabiduría ancestral, la estabilidad y el ciclo lento pero constante de la vida
En otras tradiciones, actúa como un eje simbólico que conecta el cielo y la tierra, integrando lo visible y lo invisible: su caparazón se arquea como el cielo, mientras su cuerpo plano representa la tierra.
La tortuga de Amalurra simboliza el impulso profundo que dio origen al proyecto: la recuperación del sentido complementario de los opuestos —luz y sombra, creación y destrucción, femenino y masculino—. Durante muchos años fue también el emblema gráfico del proyecto, reflejando su papel como guía silenciosa.
Su caparazón, grabado con un lauburu (palabra vasca que significa “cuatro cabezas”), une el símbolo ancestral vasco con el mensaje universal de interconexión. La tortuga nos recuerda cómo habitar el presente, caminar con humildad y respetar los tiempos del alma. Es una maestra de la lentitud consciente y una guía que nos enseña que cada paso, por pequeño que parezca, forma parte de un camino sagrado hacia la transformación colectiva.