
La Gruta de la Diosa
La Gruta de la Diosa es una construcción cargada de significado espiritual e histórico
Originariamente, fue diseñada por los antiguos moradores, la congregación de la Sagrada Familia y, durante décadas, acogió un altar con la imagen de la Virgen. Lejos de borrar su huella, se decidió integrarla en sintonía con la espiritualidad contemporánea del proyecto y se restauró respetando la energía del lugar.
La imagen que ocupaba antiguamente la gruta era conocida como la Dispensadora de las Gracias. Esta sigue siendo la cualidad que define a la figura actual, inspirada por los fundamentos básicos de la información del proyecto, que ella misma recoge. La imagen es una representación simbólica de la Madre Naturaleza y más concretamente en su faceta creadora-dadora de vida, pues está embarazada. La imagen de la Diosa sostiene en sus manos una esfera que simboliza lo femenino que gesta, contiene y equilibra. Esta imagen conecta con la dimensión universal de lo sagrado femenino, expresado aquí como potencia creadora, acogedora y transformadora. También representa la reconciliación de tradiciones: la herencia cristiana con la devoción a la Tierra, recordando que el amor, la compasión y la entrega pueden tener múltiples expresiones culturales.
La gruta es un espacio de oración, contemplación y recogimiento, donde personas de diferentes credos han podido conectar con su fe interior. Su presencia serena en el paisaje de Amalurra sigue ofreciendo un refugio íntimo para el alma que busca silencio, belleza y sentido.